3 mar 2010

Suerte que nunca entró al Pryca

Entró a la tienda con el pasamontañas puesto y pistola en mano. Como era casi costumbre, el dependiente al ver el arma alzó las manos y balbuceó:
-Esta a mi derecha, no esta conectada, puedes llevartela entera, habrá unos 600 dolares...
-No me interesa ni tu caja ni tu sucio dinero, tan solo queria..-se interrumpió-,  baja las putas manos joder! Solo quiero una cola y una de esas revistas baratas del corazón
-Nevera, detrás tuy...
-He dicho que bajes las putas manos!-le replicó gritando- Y si sabes donde está traémela tú joder, donde se han quedado los buenos tiempos?... ¿Desde cuando uno entra a una jodida tienda y tiene que buscar lo que quiere? ¿Donde coño está el tendero que tarda media hora en traerte lo que le has pedido pero que finalmente te lo acerca y te agradece encarecidamente tu visita a su local..? El puto autoservicio acabó con la conexión que uno tenía con el vendedor, donde coño se ha quedado ese trato, joder?!-preguntó el hombre del pasamontañas empuñando ahora su arma hacia el dependiente.
-No lo se, no se, yo solo...
-Joder, ¿Por qué coño me haces hacer esto?!? Es que no me has entendido? Deja de balbucear y traeme la cola y la revista.
El dependiente no supo que hacer, en todos los robos que había vivido los ladrones nunca se habían comportado así, si aquel hombre no hubiera entrado con un pasamontañas y un arma quizás se hubiera llevado bien con él, de hecho, siempre había pensado que la fruteria que antes compartía con su ex-mujer era mucho mas social que la tienda en la que ahora pasaba los días.
-Mira se como te sientes, yo también piens....
-¿QUÉ? Tú no sabes nada, solo te había pedido una puta lata y una revista... ¿Por qué coño me haces hacer esto? joder!
El ladrón, que no lo era, acercó el cañon de su arma al estómago del tendero y disparó. Diose la vuelta y tras coger su refresco de cola y su revista, dejó tres dolares en la mesa y se fue.

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