Las revelaciones me condujeron a las reflexiones.
Y todo el resto del día me quedé reflexionando.
No era capaz de pensar coherentemente, no con tantas cosas en tan poco tiempo.
Acudí a mi oscura compañera incondicional, pero su intención no era la mía. Me perdió más de lo que estaba,. Me había pasado otras veces, pero siempre había recuperado el objetivo.
Y en ese momento, cuando se ve todo gris, cuando los pensamientos no pueden ser si no lúgubres y al mirarse al espejo no se vea uno a sí mismo, cuando dejar de oir el tintineo de la cortina en un nefasto intento de sueño se convierte en una desquiciadora tarea; sucedió.
Antes siquiera que el minibar empezara a gritar por tanto hecho sucesivo.
Fue rápido, terrible, abstracto, emotivo, sorprendente.
Me hundió más en mi reflexión, empeorada aún por culpa de la oscura compañera. Esa noche no dormí mucho, y mi estado anímico no estuvo por las nubes, de hecho casi el resto de la semana estuve de igual manera. Pensé mucho, y mal.
Y por una serie de circunstancias al final de la semana recuperé el objetivo. No creí que pudiera describir y explicar como sentí esos cinco adjetivos en mi cabeza, pero la verdad es que me ayudó. Me encanta poder aprender de los errores y odio volver a cometerlos, algo que hago constantemente.
.Resurgir es algo tan demoledor como gratificante.
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