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Y dieron las 12 y todavía no habían llamado, la verdad es que era difícil teniendo en cuenta que el teléfono no estaba conectado a la pared, pero para Ched Thomas no era problema alguno.
Sabía que esa llamada podría solventar su deuda, e incluso relanzar su carrera cinmatográfica, desde hacía años atascada, pero el hecho de enfrentarse a la dura tarea de nuevo...
No tenía mucho que hacer, así que, después de mirar la maldita chapita unas horas más, descorchó el "Morgan" que había ansiado durante los últimos 5 años y conectó el teléfono.
Tras un largo rato en el que bajó media botella, por fín sonó. Se apresuró a levantarse pero al acerlo se dió cuenta de que estaba borracho, más que cualquiera de sus muchos ciegos pasados. Ched estaba borracho.
-Si? -contestó.
-Eres Thomas? Ched Thomas?
-En efecto, eres el colega de Saunders?
-Sí, me llamo Oz, tengo un trabajo para tí, nos vemos en el muelle 8 de ParkAvenue a las 9.Paz.
-Eh! Espera! ¿Qué clase de... -había colgado. Ched dió un par de vueltas por la habitación y se empezó a preparar.
La primera vez que lo hizo, le sirvió para pagarse las clases de interpretación, al fín descubrio que no era lo suyo y empezó a rodar cortos con sus socios del negocio. El plan fue bien, eran buenos tiempos, todo el mundo adoraba a Ched Thomas. Es curioso como el poder hizo una gran persona de Thomas en cuestión de meses, y el mismo poder le robó todo un tiempo después.
Pero ahora era diferente, había perdido sus contactos, y quizá tuviera que empezar de cero, todo dependía del tal Oz y de su trabajito. Sin más dilación se dio una ducha, se puso una de sus camisas de franela y el bonito sombrero que Emmy le había regalado el año anterior, y bajó al Bar a emborracharse.
"Puestos a comenzar la 'mala' vida de nuevo, hagámoslo a lo grande", pensó Ched.
Y así fue cómo Thomas empezó a traficar.
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a tope!
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