Las historias prohibidas habían sido puestas al azar en público en esos tres días de escándalos. La ciudad se había visto amenazada por una superbomba atómica y los esclavizados ciudadanos se habían arrimado más que nunca.
Nadie pretendía la revindicación, ni siquiera como para un tema tan trascendental como el futuro de ellos mismos. TODOS teníamos miedo.
Meses antes, se vivía una pacífica temporada primaveral.
9 dic 2009
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